Y yo por aquí perdido?.. que ironía (LIBRE)

Eran sobre las dos de la mañana, normalmente había mucha actividad por el lugar
aunque hoy parecía ser un noche fantasma apenas el camarero me preguntó.

-Qué desea? - dijo desagradablemente con una sonrisilla burlona.

-Deseo... - pronuncié despacio- partirte cada una de las costillas que conforman
tu cavidad torácica con mis manos... pero cómo no puedo, sírveme un whiskey...

Dije finalmente yendo a sentarme en un confortable sillón del lugar mientras esperaba
que mi whiskey llegase a mí.

Observé a aquel cliente y lo miré sorprendida, alzando una ceja, al escuchar lo que deseaba hacerle a mi jefe. Lo miré divertida y dejé que el jefe preparase el whisky mientras el cliente se iba a sentar.

Llevaba un rato ya aburrida, no había mucho que hacer tras la barra, aquella parecía ser una mala noche.

- Déjalo, jefe, ya voy yo - le dije divertida, sacándome la bandeja de debajo del brazo para llevar la copa en ella hasta la mesa. Supuse que a él le agradaría, pues lo había sonado a amenaza.

Caminó con equilibrio hasta el cliente y le dejó la copa sobre la mesa bajo un posa vasos.

- Aquí tiene su Whisky - dije, educada, aunque con una sonrisa ladina, guardándome la bandeja a la espalda - ¿Desea comer algo? No es bueno beber con el estómago vacío...

Andaba jugueteando distraidamente con mi corbata, hasta que escuché
el impacto del On The Rock que contenía el Whiskey chocar contra la mesa
de manera suave, y levanté mi rostro para encontrarme con un hermosa
señorita.

-Eh.. depende de que haya de comer... -comenté con una sonrisa leve
y encantadora, para despues mirar a la barra y agregar.

-y depende de quien lo prepare - concluí finalmente de manera divertida
mientras observaba a ambos.

Sonreí al ver cómo el cliente miraba a mi jefe con desconfianza y cómo este me dirigía una mirada precavida. Parecía que el jefe no se fiaba mucho del cliente.

- Esto es un bar, no un restaurante... - comenté, meciéndome en un intento de baile, al son de la música rock que sonaba, dando ambiente - Lo único que puedo ofrecerle es algo de picar... - le sonreí, mirando de reojo, de nuevo, al jefe y luego centrándome en él. Parecía un tipo atractivo - Lo puede preparar él si quieres... - señalé hacia la barra - pero tenía intención de hacerlo yo

Escuché con una sonrisa a la chica que me atendía, era muy atractiva, ¿pero qué? no debía pensar en eso
acababa de enfrentarme al imbécil del que probablemente sería su jefe.

-Claro... si lo preparas tu todo esta bien - comenté.

-Prefiero que lo prepares tu -agregué con diversión finalmente.

- ¡Ok! - contesté enérgica, como siempre, confirmándolo con la mano. Volví tras la barra, escuchando como el jefe me echaba la charla (otra vez) sobre los tíos peligrosos. A veces parecía mi padre.

Cogí un cuenco y lo llené hasta arriba de frutos secos. Me pareció poca cosa y cogí otro para hacer lo mismo, pero esta vez con patatas fritas. No era gran cosa, pero era lo único que teníamos ya que, normalmente, la gente allí iba a tomar copas y a bailar.

Volví a la mesa del cliente, dejando los dos cuencos al lado de la copa con una sonrisa, alisandome el delantal después.

- Disfrute de su velada...

Negué con la cabeza al ver la ridicula forma de actuar adolescente de JJ y me fuí para la trastienda.

Todo llegó, la chica llegó con los aperitivos y la miré sonreí al escuchar a su jefe y negué con
la cabeza.

-Tu no vas incluída? - pregunté al observar como se alisaba el delantal, mientras la miraba a
los ojos.

Le saqué la lengua a a Ricky por la mirada que me había echado, divertida, pero me parece que él no me vio, pues enseguida se metió al almacén. Me giré para volver a mi puesto tras la barra, pero el cliente me detuvo al decir algo.

Lo miré, alzando una ceja por su pregunta, sonriendo, provocativa.

- Me parece que valgo algo más que una copa de Whiskey y un par de aperitivos - le dije con sorna - Pero me temo que no... sólo soy la camarera...

La escuché con una sonrisa elegante y magnética.

-Nunca dije que valieses lo que un whisky.

Expliqué dejando el whisky tras dar un trago del mismo, para al fin levantarme al ver que su jefe se iba al almacén,
según me levanté caminé en su dirección con la tentación de tocarla. Cosa que no hice, me acerqué mucho, eso sí, pero
me detuve a unos cuantos centímetros de entre nuestros cuerpos.

-Y... y si quisiera conseguir una cita con la camarera al terminar su turno?

Pregunté con una sonrisa encantadora, tan solo esperando si accedería, o por el contrario me rechazaría, y me haría
volver a mi doble whiskey, expuesto en el propio on the rock, el vaso en el que se servía, al lado de mis ganchitos.
Esas dudas me recorrían, pero.. dado que merecía la pena pasar un pequeño momento de verguenza continué esperando
su respuesta de manera paciente.