Entré en la sala frunciendo el ceño, se notaba que aun no habían tocado las instalaciones, las luces apagadas y algunas cosas apiladas... mis cosas, que hacían allí?. A tropezones avancé dificultosamente hasta las ventanas, y tardé otro buen rato en encotnrar el botón de acción de las persianas... porque no había encendido la luz? fácil, me gustaba complicarme las cosas.
Me recosté sobre la pared viendo con una sonrisa la sala y las vistas que se divisaban a través de mi ventana, con un aura orgullosa por llegar a tener "consulta" o en este caso enfermería propia... todo prosperaría. no llevaba la bata pues acababa de llegar y dudaba mucho que a estas horas alguien precisase de mi ayuda. Empecé a ordenar las cosas, moviéndolas de un lado a otro y colocando todo en orden, hasta que se desprendió mi broche, el único recuerdo que guardaba de mi madre y se coló debajo de la mesa, cuando me agaché a recogerlo oí a alguien en la puerta, me levanté rápido sin acordarme de que había una mesa encima mio y... como no, me golpeé fuertemente haciendo no-poco ruido -Mierda!.- exclamé para mí misma llevándome las manos a la cabeza, asomándome a ver quien era.